«En una era de cambio en la que estos luchan por adaptarse a las nuevas demandas de las audiencias, el lanzamiento de miOviedo suma una voz al relato con el que se construirá el debate público de nuestra sociedad cada vez más diversa»

“Aquí estuvo el Carbayón,/seiscientos años con vida/y cayó sin compasión/bajo el hacha fratricida/de nuestra corporación./Este pasquín respetad,/si sois buenos ovetenses,/y en su memoria llorad/todos los aquí presentes/por el que honró a la ciudad”. Así saludaba a sus lectores el primer número de ‘El Carbayón’, un lejano, pero no olvidado, 5 de octubre de 1879. Eran otros tiempos cuando los hermanos Laruelo y Rogelio Jove y Bravo pusieron en circulación aquel medio de comunicación, primero semanal y luego diario, en el que dejaron su firma Fermín Canella, Rafael Sarandeses, Maximiliano Arboleya o Leopoldo Alas, ‘Clarín’, `pero eran también tiempos de cambio como estos.

La ciudad entraba entonces en la tardía Revolución Industrial con la llegada del ferrocarril, la apertura de la calle Uría, el crecimiento de la Fábrica de Armas de La Vega o la apertura en pocas décadas de las fundiciones La Amistad o Bertrand, de la Fábrica de Gas o, por esa fama de llambiones que tenemos, del nacimiento de chocolates La Asturiana, “en la calle de La Vega, fundada en 1867 por Francisco Acebal con máquinas y aparatos modernos”, como recoge Canella en su ‘Libro de Oviedo’. Son los años en los que verían la luz las estaciones del tren del Norte y la llorada de El Vasco, la plaza de toros, el actual mercado de El Fontán o el teatro Campoamor. Años y décadas vertiginosas de las que fue testigo y reflejo ‘El Carbayón’.

Estamos ahora en otra época de cambio, ante una nueva revolución tecnológica y social a la que Oviedo no debe llegar tarde esta vez. Debemos prepararnos para la economía del conocimiento y la innovación, adaptar nuestra ciudad a los previsibles efectos del cambio climático y a nuevas realidades y necesidades sociales. Si lo hacemos, los mejores años de Oviedo están por venir; si repetimos las recetas del siglo pasado, fracasaremos. Es hora de que Oviedo vuelva a ser una ciudad moderna, abierta, inclusiva y preparada para el futuro, donde la ciudadanía sea la verdadera protagonista del cambio.

Por eso es un placer saludar el nacimiento de un nuevo medio de comunicación. En una era de cambio en la que estos luchan por adaptarse a las nuevas demandas de las audiencias, el lanzamiento de miOviedo suma una voz al relato con el que se construirá el debate público de nuestra sociedad cada vez más diversa. Se trata, además, de una oportunidad más para fomentar el diálogo, dar visibilidad a las voces locales y fortalecer el tejido social.

Los próximos años serán apasionantes, pero las pasiones no deben confundirse con la confrontación. La información plural, rigurosa y de cercanía que promete miOviedo debe contribuir a un debate constructivo que permita abordar los problemas urgentes y, a la vez, poner el foco en el futuro de Oviedo.

En estos años de cambios, en pleno siglo XXI, un medio de comunicación exitoso debe estar a la vanguardia tecnológica sin perder su cercanía con su audiencia; una combinación que está en los genes de miOviedo y que deseamos que le permita ser testigo y relator de todo lo bueno que les espera a los y las ovetenses durante las próximas décadas.

No quisiera terminar estas líneas sin desear la mejor de las suertes al equipo profesional que nace con este nuevo proyecto periodístico para la ciudad: que su trabajo se vea recompensado con el éxito, el reconocimiento y el aprecio de la ciudadanía. Tal vez dentro de unas décadas en las hemerotecas digitales que nos depare el futuro, sea miOviedo una de las referencias más buscadas para saber cómo la ciudad se abrió a los cambios para ganarse su futuro. Que así sea.