Juan Álvarez
Concejal del Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de Oviedo/Uviéu
La revisión del Plan General de Ordenación (PGO) en Oviedo está contraviniendo el principio de la sucesión de acontecimientos, en el que a una cosa le sigue otra, y a ésta la siguiente. Sin embargo, el PGO parece que está condenado a un ‘eterno retorno’. Ningún avance es suficiente para consolidar una etapa y pasar a otra, cualquier excusa es buena para volver a la casilla de inicio, que cuestiona la propia revisión del PGO, de la que el equipo de gobierno nunca fue especialmente fan.
Vemos, con preocupación, como cuando se dirigen al alcalde para preguntar por este tema la respuesta es: “Estamos viendo grúas todos los días por ahí”. El urbanismo es muchísimo más que la construcción y el PGO es el esqueleto que sostiene la idea de la ciudad que queremos ser.
Sin esta herramienta tendremos una ciudad invertebrada que se arrastrará en función de las demandas de determinados intereses, muchas veces contradictorios entre sí.
Como dijimos en el Pleno “no podemos construir el futuro con herramientas del pasado”. Pero su parálisis ha llevado a que la revisión del ordenamiento sea noticia y no positiva.
El equipo de gobierno dice ahora que hay que esperar a la futura Ley de Ordenación Integral del Territorio de Asturias (LOITA). Es evidente que los objetivos de la LOITA son coincidentes con los que tendría que tener el PGO. Trabajemos en paralelo, lideremos desde Oviedo esa transformación. Pongámonos en vanguardia, aprovechemos esa oportunidad.
Estamos en un periodo que va a decidir lo que va a ser la ciudad de aquí a final de siglo, con La Vega o el antiguo HUCA. Necesitamos que la mayor oportunidad de transformación que ha tenido la ciudad en casi un siglo se acometa con una visión de conjunto, que integre criterios medioambientales, de movilidad, el cambio climático o que incluya el derecho a la vivienda como un pilar del desarrollo urbano. Estamos en el momento que Oviedo esperó años para poder decidir qué camino queremos tomar: Uno nos llevará a proyectarnos como la ciudad que ambicionamos ser y en la que gana la ciudadanía, otro satisfará cantos de sirena, pero nos llevará a una nueva oportunidad perdida de la que lamentarnos con los años. El camino será difícil, surgirán problemas, pero lo que sería verdaderamente temerario es recorrerlo sin la brújula de un nuevo PGO.