La edil denuncia que se está interviniendo en una propiedad privada cuando el resto de peticiones de vecinos del municipio se están rechazando a pesar de su interés público

Una aberración plagada de irregularidades que ejemplifica perfectamente la forma de gestionar del PP y Ciudadanos en Oviedo. Así ha resumido esta mañana la concejala socialista Ana Rivas las obras que el equipo de gobierno ha realizado en el Pasaje entre las calles Uría y Pelayo. Para la edil del PSOE representan además «el ejemplo perfecto de que para los señores Canteli y Cuesta existen dos Oviedos: el de su zona noble y el resto porque aquí, en pleno centro, el Ayuntamiento sí puede intervenir en una propiedad privada con dinero público, pero en el resto del municipio a los vecinos se les dice que no cuando piden servicios municipales en espacios privados».

Rivas puso ejemplo ejemplos claros del doble rasero que utilizan el PP y Ciudadanos: la limpieza de los soportales en La Florida, el mantenimiento de zonas verdes en La Corredoria, la conservación de las fachadas del Antiguo, o la limpieza y desbroce en la zona rural. «En todos esos casos se está diciendo a la ciudadanía que no podemos actuar sobre un espacio que no es propiedad municipal, pero en la zona noble del señor Canteli sí se pueden gastar 50.000 euros para hacer una obra que es una completa aberración y que han aprobado sin ningún tipo de control», argumentó Rivas.

La edil socialista denunció además la intención del equipo de gobierno de cambiar el resultado de la obra con un nuevo contrato. «Es algo que vulnera completamente la ley. Al señor Canteli hay que recordarle que esto no es el Centro Asturiano y que aquí no se cambian las cosas sólo porque al jefe no le gusten porque está jugando con el dinero de todos los ovetenses», denunció.

A ello se suma que la actuación se ha desarrollado en un lugar privado, tal como ha confirmado el área de Gestión del Patrimonio del Ayuntamiento al Grupo Municipal Socialista. Esta «aberración», ha dicho Rivas, ha sido posible gracias al «oscurantismo» del Equipo de Gobierno, que ha tramitado la obra «para que nadie sepa exactamente lo que iba a hacerse hasta que lo tengamos hecho».

Se trata, a juicio de Rivas, de una situación que «compromete a los propios funcionarios» porque parece que «no han controlado lo que se estaba haciendo aquí». Respecto al alcance de la obra, la edil socialista ha rechazado que vaya a mejorar la situación de los comercios del pasadizo, ya que es «una aberración» en la que los repartidores, por ejemplo, tienen que hacer «malabarismos» para poder entrar a dejar la mercancía al situarse la rampa en el centro del paso.