• Las instalaciones funcionan con circuito cerrado para reducir al máximo el consumo de agua y solo se vacían una vez cada dos meses para su limpieza y desinfección.

La edil de Infraestructuras y Servicios Básicos, Ana Rivas, visitó esta semana con técnicos de Aqualia el interior de las fuentes de Plaza de América y Plaza de Castilla para conocer de cerca su funcionamiento, y el exterior de la fuente de la Plaza San Miguel. El circuito cerrado de las 36 fuentes ovetenses permite que el gasto de agua sea mínimo, ya que solo se vacían y recargan cada dos meses para su limpieza y tratamiento contra la legionelosis.

33 de las fuentes ornamentales tienen una instalación bajo tierra, una especie de búnker con grandes bombas y tuberías que garantizan la salida de agua al exterior y el buen funcionamiento de los chorros, cipreses y pulverizadores, como se les denomina a las figuras de agua que se ven en el exterior. Todo está automatizado y una electroválvula garantiza que siempre se mantenga el mismo nivel de agua.