El Grupo Socialista exige al bipartito que la remodelación anunciada en la plaza de La Escandalera no acabe con los bancos arcoíris que se han convertido en un signo de identidad del carácter abierto, tolerante e inclusivo de Oviedo. De hecho, los bancos son desde su instalación un símbolo y un reclamo turístico. Un equipo de gobierno que dice estar obsesionado con potenciar los atractivos de Oviedo ahora destruye uno sin argumentos.
El bipartito ha vuelto dejarse arrastrar por las peticiones de la ultraderecha más radical que ha presentado varias iniciativas en los últimos meses pidiendo expresamente que los bancos de La Escandalera volvieran a su color original.
Desde el momento en que llegaron al gobierno el señor Canteli y sus cómplices han intentado acabar con este símbolo por diferentes vías y ahora camuflan sus verdaderas intenciones bajo el pretexto de una reforma exprés de La Escandalera. En realidad, se trata de una agresión inadmisible a los valores más elementales de la tolerancia, la convivencia y el respeto hacia todas las personas y, por tanto, constituye también una agresión a Oviedo.
Las dos grandes preocupaciones del señor Canteli desde que ocupó el sillón de Alcalde han sido gastarse más de 50.000 euros en una bandera gigantesca para La Escandalera y acabar, a pocos metros de allí, con los bancos arcoíris. Las decisiones arbitrarias del bipartito están convirtiendo a Oviedo en un museo de los caprichos de la derecha más rancia, que prefiere el blanco y negro al multicolor.
Los y las socialistas queremos recordar al señor Canteli y a sus cómplices que los hombres y mujeres de Oviedo son ejemplo de convivencia y respeto a la diversidad y que merecen un equipo de gobierno que esté a la altura de esos mínimos signos democráticos.